Sé que nunca nos hemos llevado bien.
Yo siempre voy a un ritmo muy distinto del tuyo, y de esta forma, me
hago daño.
Perdóname tiempo por no hacer caso del tópico “Carpe
Diem”. Antes mis días no tenían final, no
desperdiciaba ni un minuto y nunca quería irme a la cama a dormir.
Me costaba conciliar el sueño pensando en todo lo que me deparaba el
día siguiente. Ahora soy una mera espectadora que mira como pasas,
sin apenas darme cuenta y sin sacarte todo el sabor que tienes. Soy
joven y te desobedezco. Tú, en cambio, siempre me adviertes del
peligro que es no valorarte como al oro o diamante. Eres constante,
nunca te paras, sigues adelante siempre al mismo son, sí, ese son
que para muchísimas personas es totalmente diferente.
Tú nos haces crecer, madurar, colocas
las cosas en su correspondiente lugar, aunque muchos piensen que no.
Y como nunca quiero escucharte, te subestimo. Nunca quiero creerte, y
en realidad lo único que te tengo es miedo. Sé que no vas a parar
de correr por un instante siquiera para dejarme disfrutar de un
momento de felicidad eternamente, sin que tú pases y te lo lleves
contigo. Toda mi vida te pertenece, este mismo instante en el cual
escribo y mi futuro también. Seguirás corriendo sin parar, seguirás
siendo para mí luz y sombra, frío y calor, verano e invierno, mar y
tierra, y esto nunca cambiará.
Perdóname tiempo, por no seguir tus
pasos, por no correr a tu lado, por no darte la mano y disfrutarte en
todos los sentidos del universo.
Yo sólo quiero volver a esos días de
setenta y dos horas. Interminables e imparables. Pero sé que lo
único que me concedes son veinticuatro, y es muy poco para poder
vivir a tiempo completo. Y aunque uno de mis más grandes placeres es
dormir, muchas veces deseo que los seres humanos nunca tengamos que
hacerlo. Nos perdemos tantas cosas, tantas sonrisas, tantas
historias, tantas cosquillas, tantos sabores y aromas, tantos amores
y desamores, tantas locuras, tantos nunca y tantos siempre.
Querido tiempo, te pido disculpas aún
sabiendo que eso no te hará devolverme mis momentos. Por eso, lo
único que puedo hacer ahora es prometerme y prometerte, que te voy a
respetar de aquí en adelante. Que voy a intentar ir a tu ritmo, y no
perderte nunca de vista, porque mientras te vea, no estaré
desperdiciando nada que me esté aportando mi existencia.
Cynthia Rica ☼
No hay comentarios:
Publicar un comentario