Páginas

sábado, 7 de enero de 2012

A partir de ahora, nos llevaremos bien.


Sé que nunca nos hemos llevado bien. Yo siempre voy a un ritmo muy distinto del tuyo, y de esta forma, me hago daño. 
Perdóname tiempo por no hacer caso del tópico “Carpe Diem”. Antes mis días no tenían final, no desperdiciaba ni un minuto y nunca quería irme a la cama a dormir. Me costaba conciliar el sueño pensando en todo lo que me deparaba el día siguiente. Ahora soy una mera espectadora que mira como pasas, sin apenas darme cuenta y sin sacarte todo el sabor que tienes. Soy joven y te desobedezco. Tú, en cambio, siempre me adviertes del peligro que es no valorarte como al oro o diamante. Eres constante, nunca te paras, sigues adelante siempre al mismo son, sí, ese son que para muchísimas personas es totalmente diferente.
Tú nos haces crecer, madurar, colocas las cosas en su correspondiente lugar, aunque muchos piensen que no. Y como nunca quiero escucharte, te subestimo. Nunca quiero creerte, y en realidad lo único que te tengo es miedo. Sé que no vas a parar de correr por un instante siquiera para dejarme disfrutar de un momento de felicidad eternamente, sin que tú pases y te lo lleves contigo. Toda mi vida te pertenece, este mismo instante en el cual escribo y mi futuro también. Seguirás corriendo sin parar, seguirás siendo para mí luz y sombra, frío y calor, verano e invierno, mar y tierra, y esto nunca cambiará.
Perdóname tiempo, por no seguir tus pasos, por no correr a tu lado, por no darte la mano y disfrutarte en todos los sentidos del universo.
Yo sólo quiero volver a esos días de setenta y dos horas. Interminables e imparables. Pero sé que lo único que me concedes son veinticuatro, y es muy poco para poder vivir a tiempo completo. Y aunque uno de mis más grandes placeres es dormir, muchas veces deseo que los seres humanos nunca tengamos que hacerlo. Nos perdemos tantas cosas, tantas sonrisas, tantas historias, tantas cosquillas, tantos sabores y aromas, tantos amores y desamores, tantas locuras, tantos nunca y tantos siempre.
Querido tiempo, te pido disculpas aún sabiendo que eso no te hará devolverme mis momentos. Por eso, lo único que puedo hacer ahora es prometerme y prometerte, que te voy a respetar de aquí en adelante. Que voy a intentar ir a tu ritmo, y no perderte nunca de vista, porque mientras te vea, no estaré desperdiciando nada que me esté aportando mi existencia.


                                                                   Cynthia Rica 

No hay comentarios:

Vecinos!